Imágenes de frases célebres
Frases célebres de Georg Christoph Lichtenberg. [Página 5]
A la gloria de los más famosos se adscribe siempre algo de la miopía de los admiradores.
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
Quien busque la injusticia no necesitará lámpara
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
Cuando una beata se casa con un beato, el resultado no es siempre una pareja beatífica
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
La tendencia humana a juzgar importantes las pequeñas cosas ha producido muchas cosas grandes
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
La enfermedad es la mayor imperfección del hombre.
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
La ocasión hace al ladrón, pero también a los grandes hombres.
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
El matrimonio, al contrario de la fiebre, comienza con calor y termina con frío.
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
Nada revela mejor el carácter de los hombres que una burla tomada a mal.
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
El orden conduce a todas las virtudes, pero, ¿qué conduce al orden?
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
El ser humano ama la compañía, así sea de una velita encendida
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
Los hombres más fastidiosos del mundo son los que tienen más energía que capacidades
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
Todos nos equivocamos, pero cada cual lo hace a su modo.
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
Profetizar resulta más lucrativo que decir la verdad.
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
Triste amor es aquel en que los amantes se acuestan por primera vez en la tumba.
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
Cuando ven a un hombre que piensa libremente, los clérigos arman un alboroto similar al de las gallinas que descubren entre sus polluelos a un patito que se lanza al agua. No piensan que algunos viven tan seguros en este elemento como ellos en seco.
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
La Revolución francesa, obra de la filosofía. Pero qué salto desde el cogito ergo sum hasta el primer grito de ¡A la Bastille! resonando en el Palais Royal. Para la Bastilla fue la trompeta del Juicio Final.
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
¿No es extraño que se pueda acceder a los más altos cargos honoríficos del mundo rey sin hacer exámenes, y que a cualquier médico de provincias se le exija examinarse?
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
Duda de todo por lo menos una vez, aunque se trate de la frase: Dos por dos son cuatro
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
Es casi imposible llevar la antorcha de la verdad a través de una multitud sin chamuscarle la barba a alguien
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
Querer deducir ciertas cosas de la sabiduría de Dios no es mucho mejor que hacerlo a partir del propio entendimiento.
Frase célebre de
Georg Christoph Lichtenberg
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