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Frases célebres sobre: ojos. [Página 24]

Hay un total de 1106 freses célebres sobre "ojos" este sitio web. [Página 24]

Quisiera ay tantas cosas más quisiera. Revelar tus ojos, celebrar tu nombre y salir contigo disfrazado de horizonte.

Frase célebre de Juan Luis Guerra

Me han mirado a los ojos con mis ojos. He puesto mi corazón cerca de su corazón.

Frase célebre de Juan XXIII

¡Mentira! No tengo ni dudas, ni celos, ni inquietud, ni angustias, ni penas, ni anhelos. Si brilla en mis ojos la humedad del llanto, es por el esfuerzo de reírme tanto...

Frase célebre de Juana de Ibarbourou

Lo extraño mucho verdaderamente, sus ojos se llenaban a veces de desierto pero sabía callar como un hermano cuando emocionado, emocionado, yo le hablaba de Garlitos Gardel.

Frase célebre de Juan Gelman

Esa mujer se parecía a la palabra nunca, desde la nuca le subía un encanto particular, una especie de olvido donde guardar los ojos...

Frase célebre de Juan Gelman

Se va la primavera quejas de pájaros lágrimas en los ojos de los peces.

Frase célebre de Matsuo Basho

Mientras hablaba, los ojos se le cargaron de deliciosa languidez; el pecho se le agitaba. Lo estrechó ardientemente en los brazos, lo atrajo hacia sí y pegó los labios a los de él. Ambrosio volvió a sentir el deseo.

Frase célebre de Matthew Gregory Lewis

En ese laberinto de terrores, habría preferido refugiarse en la penumbra del ateísmo, negar la inmortalidad del alma, convencerse de que, una vez cerrados los ojos, no volvería a abrirlos, y que el mismo momento aniquilaría a la vez su alma y su cuerpo. P

Frase célebre de Matthew Gregory Lewis

Ella me escuchaba con ansia; parecía devorar mis palabras mientras yo hablaba elogiosamente de ti y sus ojos me agradecían mi cariño hacia su hermano. Por último, mis constantes e incansables atenciones me conquistaron su corazón y con dificultad logré ob

Frase célebre de Matthew Gregory Lewis

Cuando se ama de verdad -decían nuestros antiguos trovadores-, se oiga lo que se oiga, se vea lo que se vea en contra de la amada, no se debe dar crédito ni a los oídos ni a los ojos; hay que escuchar únicamente al corazón.

Frase célebre de Marqués de Sade

También era alegre como una alondra que cantara desde su alta torre, y se elevaba sobre los pensamientos como un águila, y era inocente como una tórtola de ojos mansos.

Frase célebre de Mary Shelley

¿Venís a picotearme los ojos aún vivo, revuelo de moscas?

Frase célebre de Masaoka Shiki

En este mundo efímero. También los espantapájaros tienen ojos y nariz.

Frase célebre de Masaoka Shiki

No es, pues, para nosotros para quien todo ha sido hecho, puesto que si nosotros no existiéramos, todo existiría igualmente. ¿Qué somos entonces ante los ojos de la naturaleza? ¿Por qué nos estimamos tanto?

Frase célebre de Marqués de Sade

Hay algunos rastros de honradez en el alma de los malvados, y la virtud es de tal valor a los ojos de los hombres, que incluso los más corrompidos, están obligados a rendirle homenaje en mil ocasiones de su vida.

Frase célebre de Marqués de Sade

No perded de vista jamás que no es la falta lo que pierde a una mujer, sino el escándalo, y que diez millones de crímenes ignorados son menos peligrosos que el más leve tropiezo que salta a los ojos de la gente.

Frase célebre de Marqués de Sade

Un cardumen de truchas paso ante mis ojos el color del agua.

Frase célebre de Masaoka Shiki

Esos colonos presidentes son auténticos rebanadores de cabezas; cortan una nuca con la misma facilidad que una corneja arroja nueces, sea justo o no sea justo, no se paran en mientes; el rigorismo lleva, como la propia Themis, una venda sobre los ojos pue

Frase célebre de Marqués de Sade

Ella, joven, pálida, con una de esas profundas bellezas que más que en el rostro —aun bien hermoso— residen en la perfecta solidaridad de mirada, boca, cuello, modo de entrecerrar los ojos. Era, sobre todo, una belleza para hombres, sin ser en lo más míni

Frase célebre de Horacio Quiroga

Al ver al hombre el tigre lanzó un rugido espantoso y se lanzó de un salto sobre él. Pero el cazador que tenía una gran puntería le apuntó entre los dos ojos, y le rompió la cabeza.

Frase célebre de Horacio Quiroga

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